Las IGP´s Ternasco de Aragón y Ternera Gallega contribuyen a la conservación de los métodos tradicionales de producción ganadera y favorecen la sostenibilidad de sus territorios, lo que se traduce en un entorno rural vivo y protegido frente a la despoblación.

Como ya sabéis, el Ternasco de Aragón es un cordero nacido y criado en ganaderías aragonesas inscritas en la IGP, alimentado con leche materna y cereales naturales y cuyo peso en canal oscila entre 8 y 12,5 kg, entre otras características. El proceso de crianza tiene lugar mediante un aprovechamiento tradicional del territorio de nuestra comunidad, tanto en pastos de montaña y media montaña como en las zonas más áridas del valle del Ebro.

En la actualidad, están adscritas a la IGP Ternasco de Aragón más de 365.000 ovejas de las razas autóctonas aragonesas Ojinegra de Teruel, Roya Bilbilitana, Rasa Aragonesa, Maellana y Ansotana, repartidas en 667 ganaderías de más de 320 municipios a lo largo de las tres provincias aragonesas. Se trata de una forma de producción arraigada en la zona durante siglos, por lo que podemos afirmar que el Ternasco de Aragón favorece un entorno rural vivo y protegido frente a la despoblación.

En el caso de Galicia sucede lo mismo con la Ternera Gallega. Hay indicios de que se produce carne de vacuno en el territorio gallego desde hace más de 3.700 años, por lo que nos encontramos ante un producto de gran tradición e historia, con una gran importancia para las zonas rurales. La IGP Ternera Gallega, a la que están adscritas más de 133.000 cabezas en casi 8.300 explotaciones, es quien avala las carnes procedentes exclusivamente de terneros nacidos, criados y sacrificados en Galicia.

Ternasco de Aragón y Ternera Gallega, garantes de la sostenibilidad de sus territorios

Ganadería de la IGP Ternera Gallega

Pero, además de esta labor fundamental de certificación y trazabilidad, los Consejos Reguladores que gestionan estas dos IGP son actores relevantes a la hora de garantizar la sostenibilidad de los territorios vinculados a sus productos, ya que generan un mayor valor añadido para el propio producto y contribuyen a mantener la viabilidad económica de las zonas rurales en las que se producen las carnes que amparan.

En este sentido, las políticas europeas reconocen y protegen las denominaciones de ciertos productos alimenticios, los relacionan con un método de producción o un territorio y les asignan logotipos que los identifican como “productos de calidad alimentaria diferenciada”.

La comercialización de productos cárnicos de las IGP Ternasco de Aragón y Ternera Gallega ayuda a mejorar la viabilidad de las explotaciones, así como a mantener una profesión milenaria en ambos territorios.

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