La quinta etapa de la RUT.A. Ternasco de Aragón nos traslada a la Comarca de las Cinco Villas. Sos del Rey Católico, Uncastillo o Ejea de los Caballeros son algunos de los lugares que visitamos. Al final de la jornada alcanzaremos Zaragoza, la capital del Ebro.

Esta mañana nos invade una curiosa mezcla de tristeza y emoción. Tristeza porque vamos a dejar atrás las verdes tierras oscenses, pero mucha emoción por el camino que nos queda por recorrer. Al final de esta etapa llegaremos a la capital de Aragón, pero no sin antes atravesar la comarca de las Cinco Villas. ¿Venís con nosotros?

Tras dejar Santa Cruz de la Serós, tomamos la carretera N-240 hasta Puente la Reina. Conforme nos acercamos a esta localidad, nos acordamos de la belleza del valle de Hecho; de sus casas tradicionales o de la sobriedad del monasterio de San Pedro de Siresa, lugar donde se dice que pudieron haber bautizado a Alfonso I El Batallador. Pero hoy no podremos visitar este paraje: tenemos que seguir nuestra RUT.A. hacia las Cinco Villas, por lo que nos vamos a desviar por la carretera A-132.

La que viene es una carretera para disfrutar, con paisajes bien típicos del Prepirineo, pero con abundantes curvas. Pasamos por localidades como Bailo o Undués de Lerda y, al cabo de poco más de una hora, llegamos hasta Sos del Rey Católico.

Las Cinco Villas de Aragón - Sos del Rey Católico

Asentada sobre la peña Feliciana, esta localidad fue declarada conjunto histórico-artístico en 1968. Lo de histórico es por su intensa trayectoria, repleta de conflictos fronterizos con el antiguo Reino de Navarra y hechos singulares como ser el lugar natal de Fernando el Católico. Respecto a lo de artístico, solo con pasear por sus calles y visitar algunos monumentos como el castillo o la iglesia de San Esteban entenderemos el por qué. Antes de volver a la carretera, nos acercamos a probar los famosos chocolates artesanos de la localidad y buscamos las doce sillas de bronce que conmemoran el rodaje en 1985 de La vaquilla, la famosa película de Luis García Berlanga. ¿Os acordáis de ella? Era muy divertida.

La sinuosa y estrecha carretera CV-841 nos conduce lentamente hacia Uncastillo, la segunda de las cinco villas que definen esta comarca y que debe su nombre al castillo construido sobre la peña Ayllón a comienzos del siglo X. Los sucesivos conflictos en los que la localidad ha participado a lo largo de su historia han sido los responsables del progresivo deterioro de este edificio que, sin embargo, sigue siendo el principal símbolo local. Así, bajo su eterna mirada, recorremos el trazado típicamente medieval de las calles uncastilleras visitando algunas de sus iglesias, como las consagradas a Santa María, San Andrés o San Martín.

Las Cinco Villas de Aragón - Uncastillo

Naturaleza en estado puro

Antes de seguir el trazado de la etapa, realizamos un pequeño desvío hacia uno de los espacios naturales más puros de la comarca: la sierra de Luesia. Queremos llegar hasta Pozo Pígalo, una conocida piscina natural situada al norte de la bella localidad de Luesia, que también merece una visita relajada para conocer su patrimonio y probar sus famosos boliches. Al rato, retomamos el trazado original de nuestra ruta por la carretera A-1202 y seguimos conduciendo hasta toparnos con el desvío que conduce hasta el yacimiento de Los Bañales, donde se estudian los restos de una ciudad romana todavía sin identificar.

Nuestra siguiente parada es Sádaba, una localidad de esencia medieval que conserva además varios vestigios de era romana como los mausoleos de los Atilios y de la Sinagoga. Su perfil está marcado por la presencia de la mole pétrea de su castillo románico. Si os fijáis bien, veréis que apenas tiene elementos decorativos y esto, junto a sus altos muros y sus siete torres, le da un aspecto totalmente sólido y compacto. ¿No os lo parece? Tras terminar la visita guiada, dejamos el castillo para conocer de primera mano el interior de Sádaba, acercarnos hasta la iglesia de Santa María y aprovechar para probar alguna especialidad de la cocina tradicional de las Cinco Villas. Si os gustan los embutidos, la carne de caza y otros productos como el queso, la miel o el vino, ¡esta comarca os va a resultar deliciosa!

Las Cinco Villas de Aragón - castillo de Sádaba

En el sector más occidental de la comarca se encuentran las Bardenas Reales. Este paisaje compartido entre Aragón y Navarra es uno de los desiertos más impresionantes de España. Seguro que lo habéis visto alguna vez en el cine o en la televisión. ¿Os acordáis del planeta Axturiax de Acción Mutante? ¿Y del terreno árido y caprichoso por el que cabalgaban los dothrakis de Juego de Tronos? Pues ambos eran en realidad parte de las Bardenas Reales. Sin duda, todo un paraje de película. Aunque su acceso principal y las zonas más populares del parque estén en Navarra, una extensa franja de suelo de las Cinco Villas se encuentra dentro del terreno protegido.

Como la hoja de ruta manda, lo dejamos bien anotado en nuestra lista de futuros proyectos. Ahora debemos poner el motor en marcha y, a través de una larga línea recta en la carretera A-127, recorrer el tramo que nos separa de Ejea de los Caballeros.

La capital de las Cinco Villas

Lo primero que hacemos al llegar es acercarnos al restaurante Gratal. Este establecimiento ofrece una cocina entre lo creativo y lo tradicional donde destacan varias especialidades elaboradas con Ternasco de Aragón que tenemos la urgente intención de probar.

Las Cinco Villas de Aragón - restaurante Gratal

Jorgito (Borracho de Ternasco de Aragón) – Propuesta del restaurante Gratal de Ejea de los caballeros para El Concurso del Ternasco de Aragón 2018

Una vez resueltos los asuntos del comer, Ejea nos espera para mostrarnos sus encantos. La iglesia de Santa María de la Corona o la torre fortificada de la iglesia de San Salvador son algunos ejemplos de su riqueza. Antes de que cierre sus puertas por hoy, queremos visitar Aquagraria, un museo dedicado a la agricultura que rinde tributo a uno de los oficios más comunes de la zona. Os recomendamos visitarlo, ¡no os defraudará!

Los alrededores de Ejea nos llaman, invitándonos a visitar lugares como el santuario de Monlora, el castillo de Sora o el conjunto patrimonial de Tauste. Sin embargo, la tarde comienza ya a estar bastante avanzada, por lo que para finalizar ascenderemos hasta el santuario para contemplar las espactaculares vistas que nos ofrece este paraje. El resto de visitas las tendremos que posponer para otra ocasión.

Las Cinco Villas de Aragón - santuario de Monlora

Llegamos a Zaragoza

Al cabo de poco más de una hora, aparcamos la moto en la puerta del hotel Palafox de Zaragoza. Tras acomodarnos, nuestra prioridad es cenar. Cerca del hotel se encuentran algunos lugares recomendados como el +Albarracín, que siempre tiene buena carne de cordero, o la Ternasca y Lamaribel escabechado en El Tubo, la zona de tapas más famosa de la ciudad.

Las Cinco Villas de Aragón - +Albarracin

La madre del cordero – Propuesta de +Albarracín para El Concurso del Ternasco de Aragón 2018

Las Cinco Villas de Aragón - La Ternasca

Canelon de cecina relleno de Ternasco de Aragón Thai – Propuesta de La Ternasca para El Concurso del Ternasco de Aragón 2018

Las Cinco Villas de Aragón - Lamaribel escabechados

Ternasco de Aragón escabechado – Propuesta de Lamaribel Escabechado para El Concurso del Ternasco de Aragón 2018

*Encontraréis estas y otras propuestas gastronómicas de la provincia de Zaragoza en la web del Concurso del Ternasco de Aragón 2018.

Aunque sabiendo que estamos en pleno concurso del Ternasco de Aragón, las posibilidades gastronómicas aumentan. Vamos a echar una ojeada al plano de establecimientos antes de elegir donde ir a tapear. Una cosa sí que es segura, después de cenar nos acercaremos dando un paseo hasta el Ebro y nos sentaremos un rato a contemplar la plaza del Pilar, que siempre merece una visita nocturna. Por hoy será suficiente. Mañana, en cambio, tendremos el día completo para visitar la capital de Aragón a nuestras anchas. ¿Qué os parece?

Justo antes de las Cinco Villas recorrimos el prepirineo occidental de Huesca, un lugar apasionante en todos los sentidos. Bien merece la pena una visita.